Navidad,
fiesta de esperanza y paz.
Un Niño Dios ha nacido
en un humilde portal.
Tiene los ojos azules
como los cielos y el mar,
los cabellos tan dorados
como espigas de trigal.
Su cuerpecito desnudo
de nubes henchido está
Y es tan radiante
que ilumina
las temblorosas pajitas
tornándolas
en rayos de plata y cristal.
Y en sus labios hay tal sonrisa,
reparte tal bienestar
que los ángeles del cielo
no cesan de así exclamar:
«Paz en la tierra y el cielo
a los hombres de buena voluntad».