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Profanación

¿Es amor
tener las manos enlazadas,
las mejillas arreboladas,
los labios brindando amor?
¡No es amor!

¿Es ternura
sembrar de tristeza y duda
las almas nobles y puras
llenas de inocente amor?
¡Es traición!

¿Es respeto
besar los labios inquietos
de los que no brotaron
más que ruegos y oración?
¡Es dolor!

¿No es profano
salpicar de lodo humano
lo que sólo es de Dios?
¡Dímelo!

¿No es ser malo
arrancar las florecillas
más humildes y sencillas
del tronco lleno de amor
del que un día brotó?
¡Perdición!

¿No es tristeza
tener ilusiones hechas
y verlas pronto deshechas
por un tornado traidor?
¡Maldición!

¿No es congoja
el ver que ya no eres rosa
sino espina lacerosa
para quien le diste amor?
¡Comprensión!

¡Dios mío! ¿Dios mío!
¡Qué tremenda confusión!
Pero antes de caer,
Señor, en la tentación
¡La muerte!

La muerte que no es traición
como le ocurre al pecado
que es llama de corrupción.

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