Una lluvia menuda
golpeaba incesante
poniendo lagrimones soñolientos
en los pesados cristales.
La tarde gris, casi otoñal,
inquieta, apasiona,
dulcifica las tristezas
que sin saber el por qué
a veces nos acompañan.
Los árboles desnudos de hojarasca
nos asustan y acobardan.
Este otoño que se acerca
une a todos los que aman
encendiendo las llamitas
que ardían en sus almas
llenas de comprensión,
de esperanza.
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