Navidad,
fiesta de esperanza y paz.
Un Niño Dios ha nacido
en un humilde portal.
Tiene los ojos azules
como los cielos y el mar,
los cabellos tan dorados
como espigas de trigal.
Su cuerpecito desnudo
de nubes henchido está
Y es tan radiante
que ilumina
las temblorosas pajitas
tornándolas
en rayos de plata y cristal.
Y en sus labios hay tal sonrisa,
reparte tal bienestar
que los ángeles del cielo
no cesan de así exclamar:
«Paz en la tierra y el cielo
a los hombres de buena voluntad».
¿Has sufrido en tu vida
Quiero decirte, mi amor,
Hoy ya encontré ese algo que esperaba
Como límpida violeta delicada,
Todo lo creía puro,
El pedestal de aquel sueño
La vida es como un libro